Milani, el pintor de escuelas.
"Cada uno de los hechos que estos difamadores
profesionales han hecho trascender en los medios son falsos. Hace 36 años que
estuve acá, tenía 21 años y estaba en la Unidad de Ingenieros de
Construcciones. Estábamos en una escuela en construcción en la localidad de
Monteros con máquinas y equipos viales y nuestra tarea era reparar caminos
cuando sacaban la caña y pintar escuelas. A eso nos dedicamos los 40 días"
(CESAR MILANI – Radio Nacional Tucumán – 19.07.2013)
OMAR BARBERIS
Periodista – Chilecito (La Rioja)
Mientras al Desaparecido colimba riojano,
Alberto Ledo, lo llevaban al monte tucumano, desplegándolo en zona de guerra,
allí donde había riesgosos combates nocturnos, el entonces “Subteniente Pintor”, César Milani, se quedaba en el cuartel cuidando los tachos de pintura
que habían llevado desde La Rioja...
¿Suena lógico eso?... ¿Alguien puede creer
semejante versión? ¿Miente Milani?... Si lo hace... ¿Por qué lo hace?
Primera
mentira: “Fuimos a pintar escuelas”
Porque, si solo fueron a pintar escuelas y a acomodar
piedritas en las banquinas de los caminos, en la bucólica versión campestre que da de sí mismo
Milani, sobre su presencia en Tucumán en mayo de 1976, definitivamente algo no
cierra en la historia. No cierra, por más vueltas que les dé en mi mente. Y no
cierra, por algunas razones que desplegaré en ésta segunda nota.
Otras,
quedarán para la tercera nota, donde revelaré por qué Carlos Menem votó y
volverá a votar el pliego de Milani, éste lunes 22 de julio, si es que no lo
acuestan a dormir en Comisión. Al
pliego, me refiero.
Que del asunto Milani se encarguen los que se
dedican a la justicia, en el poder
judicial. Yo no lustro la soga en las horcas mediáticas, ni soy fiscal ni la poso
de “periodista de investigación”. Ni nada. Que actúen quienes deben hacerlo y
chau.
En primer lugar, afirmo que es FALSO que los oficiales de bajo rango (un
subteniente recién egresado, como Milani) no tenían participación en los
combates de los montes de Tucumán, en el marco de lo que fue el Operativo
Independencia, primero, y la represión comandada por el siniestro General
Bussi, después.
No es cierto que había “excluidos” de los combates,
excepto los cobardes, pero a esos los castigaban o les metían un “balazo
perdido” en el monte y listo. O los
“acomodados”, que recibían un destino tranquilo, de oficinistas, cocineros o… ¿Qué
sé yo?... ¿Cuidar latas de pintura y colorear escuelas?
Si algo caracterizó la conducta de los represores
de esos años, era lo de comprometer en TODAS las acciones armadas y represivas
a TODOS los oficiales. Lo Subrayo: A
TODOS. Quien diga lo contrario, miente. Desde el General Menéndez hasta el Subteniente
Milani, todos, absolutamente todos, participaron en las acciones armadas. Cada
uno, con su grado de responsabilidad y dentro de sus aptitudes. Así fuere,
arrojando latitas de pintura en el monte tucumano. No pueden negar eso, que ya fue sobradamente
probado en todas las causas.
Se ha
testimoniado que Menéndez y Bussi ejecutaban personalmente a prisioneros
inermes y que ordenaban participar a todos los oficiales, para que nadie
quedase sin “mancharse con sangre las manos”. Eso, también, está demostrado en las numerosas causas. De
allí, el viscoso pacto de silencio que aún oscurece la historia. ¿Es creíble,
lo que dice Milani de su propia actuación en Tucumán, a la luz de todo lo que
sabemos?
¿A Milani nunca, ¡ni una sola vez!, un
superior le ordenó entrar en combate?... ¿Nunca, “Subteniente Pintor” Milani?. NO
le creo. Así de simple. No le creo, señor. Usted está rebanando la
verdad y nos sirve la lonja que mejor se acomoda a su presente, por decírselo
con demasiada suavidad. Usted estuvo en zonas de combate, participó de un
operativo militar que no dejó a nadie afuera de la lucha armada, así que usted
miente, señor Milani.
César Milani dice que estuvo (junto con el
Desaparecido colimba Alberto Ledo), asignado en Monteros, que está a 15
kilómetros de Famaillá, donde ya funcionaba la
"Escuelita de Famaillá", uno de los campos de exterminio más aterradores
de toda la dictadura. Eso es innegable. Y el asiento de las actividades de
Milani y el Desaparecido conscripto Ledo, estaban a un “salto de rana” de las
zonas de combates más violentas. Y del campo de exterminio.
¿Resulta racional creer que Milani nunca fue
convocado, ni participó en otras acciones que no fueran las de pintar
escuelitas rurales y cortar el pasto a orillas del camino? ¿Qué escuela pintaba
usted, Milaní?. La de Monteros?. ¿O la
de Famaillá? Eso nadie lo explica, como
si fuera un dato irrelevante. Porque si fueron a pintar “La Escuelita de
Famaillá”, allí las cosas toman otro rumbo, en cuando a “su versión del relato”.
A buen entendedor…
A ver, los que deberían investigar las cosas
en la justicia, acá va el primer dato: Busquen
a la directora de la escuela de Monteros, en 1976, para que declare en la
Causa Ledo y exhiba el libro escolar
donde se asentaban todas las novedades escolares. Busquen el libro y verifiquen
si allí consta la presencia de Milani, pintando la escuela.
¿Cómo dijo, Milani? Ah, ¿que usted no pintó en
Monteros, sino en otro lado? Bueno, no importa. Que citen a declarar a TODOS los
directores de TODAS las escuelas de la zona, pidan los mismos libros escolares y
verifiquen que es cierto lo de la pintura. Y todo queda en claro y seguimos de amigos.
Porque en esos libros, los docentes
acostumbraban a escribir cosas como: “Con
la inestimable colaboración del Subteniente César Milani y el Conscripto
Alberto Ledo, se ha pintado nuestra escuelita entre los días tal y tal”
¿Vio, Señor fiscal del Juzgado Federal de Tucumán qué fácil es verificar la
veracidad de una historia, sin necesidad
de recurrir a archivos ultrasecretos de la dictadura? Solo basta con meterle un
poquito de empeño al trabajo.
Porque si no encuentra a la directora,
encontrará a una maestra, o al ordenanza, o a algún alumno que los haya visto
trabajar. Además del libro, que está en la escuela. Testigos le van a sobrar, para probar que
Milani pintó la escuela. Porque pintaron en mayo y debe haber habido clases.
Salvo que Tucumán pertenezca a otro planeta. ¿Mañana, entonces, queda probado que Milani SOLAMENTE pintó
escuelas, en su paso por la zona de guerra de Tucumán? Perfecto. Será un placer
retractarme de lo que estoy diciendo acá.
Si no lograsen encontrar a nadie que
atestigüe que Milani y Ledo pintaron escuelas, entonces el señor Milani tendrá
que ser más concreto en sus explicaciones y dejar de esconderse en febriles complots
antigubernamentales.
Porque, en esos años y en ESE contexto, era muy frecuente que en los legajos se
asentasen falsas comisiones de servicios, para ocultar los verdaderos destinos.
Seguramente en el legajo de un fulano como Astiz, figura: “En comisión en el
club náutico, para reparar botes”, o… “En comisión en el aeropuerto, ayudando
al mantenimiento de aviones”, mientras
estaba en la ESMA. O algo por el estilo.
Cuidado y a no confundirse: Yo NO estoy
afirmando que Milani participó activamente en actos represivos. Estoy dudando
de su versión y en estos delicados temas, todos tenemos derecho a ser
desconfiados, y a pedir detalles minuciosos. Porque se fueron desde La Rioja a
Tucumán, pero volvieron sin un colimba que estaba bajo sus responsabilidades.
La de Milani, o la de…¿Quién era el superior de Milani?. ¿Por qué nunca se
investigó eso, si todos provenían de acá, desde el Batallón 141 de La Rioja?...
Huele fea, la historia. Huele demasiado feo todo. El señor Verbitsky dice que ellos
no tienen ningún dato. ¡Vaya cosa! El Secretario de Derechos Humanos de La Rioja, solo atina a pegar plaquitas
recordatorias por todos lados, en lugar de promover la investigación a fondo de
los hechos que constan en sus archivos, largamente denunciados en 30 años. Ya basta de hipocresía y empecemos a hablar
en serio.
Segunda
mentira: Que un Subteniente no tenía colimba asistente.
Se aseveró con mucha liviandad, (y los tontos
aplaude-todo dieron por cierto), que un subteniente del ejército no tenía
“asistente”. Es cierto. Ningún colimba era “asistente” con cargo y decreto de
designación. En esos años y en ese contexto, era habitual que un oficial, (así
fuere un subtenientito de morondanga), tuviera lo que se llamaba “Un chépibe”.
“Che, pibe, andá a comprarme cigarrillos”… “Che pibe, planchame la camisa”….
“Che pibe, traeme esa carpeta”.
El colimba era el “chépibe” de los oficiales.
Y eso, en la colimba, era normal y muchos colimbas lo buscaban, para hacer más
aliviada su carga. No es descabellado pensar que un “subteniente pintor” como
Milani, haya elegido a alguien de su misma edad y con formación universitaria,
para que le sirviera de asistente, como Alberto Ledo.
Acá el punto es otro. Si Ledo asistía o era
el “che pibe” del subteniente Milani, éste tenía responsabilidad (como oficial
y superior inmediato) sobre la vida y la seguridad del Desaparecido conscripto
Ledo. O, al menos, entre tanta convivencia – cabe suponer- habría desarrollado
algún tipo de afecto o amistad. ¿Nada, Milani?.
¿Para usted su asistente era un objeto?.. ¿No le conmovió en lo más
mínimo, o le afectó que su subordinado “desertase”, así, sin causa alguna? ¿Es
creíble usted, Milani, cuando se desentiende del asunto?
¿Suena racional que al
“desaparecer” Ledo en el monte, en una salida nocturna a zona de
combates, Milani haya seguido dedicado al arte pictórico escolar y desconociera
qué había ocurrido con su asistente? Dicho en buen criollo: ¿Alguien cree veraz
que Milani se hizo el pelotudo y siguió dele darle a la brocha gorda, como si
nada? ¿Alguien cree, pobre ingenuo, que esa puede ser la verdad? Porque si lo
cree, acá viene la:
Tercera
mentira: “No sabe/no contesta”.
Milani dijo que estuvo destinado en el
batallón de Ingenieros de Construcciones 141 con sede en La Rioja pero en
“comisión en Tucumán”, entre el 1 de febrero de 1976 y el 6 de febrero de 1977.
El capitán Sanguinetti era su superior. Pero, en otro lado, dice que fueron destinados
desde el 20 de mayo de 1976. Dos
contradicciones: En sus declaraciones en Tucumán del pasado viernes, dijo: A eso nos dedicamos los 40 días".
Yo le creo a Milani, fíjense ustedes. Durante
40 días pintaron escuelas. ¿A ver?... dame unos minutos… Dejame sacar mejor la
cuenta: 40 días contados desde el 20 de mayo de 1976, van a caer… a ver,. A
ver…. Caramba!... Concluyen el 29 de
junio. Pero al conscripto Ledo lo dan por “desertado” el 17 de junio, es decir,
doce días antes del final de las pintadas escolares. No me cierra, pero sigamos.
Desde el 29 de junio de 1976, hasta el 1° de
febrero de 1977, cuando concluye su destino en Tucumán…. ¿A qué otras
actividades se dedicó usted, señor Milani? Porque ya se le había acabado la
pintura, como usted mismo dijo.
Fea
pregunta, ésta… Muy fea pregunta… Que la conteste Milani, señor fiscal Federal
de Tucumán. Es una pregunta simple y podrá responderla adjuntando la
documentación probatoria y citar a todos los testigos que quiera Milani, para
demostrar que estoy mintiendo. O que estoy haciendo elucubraciones afiebradas,
pagado por algún opositor al gobierno.
Cuarta
mentira: El capitán Sanguinetti.
Hay conscriptos testigos de que a Alberto
Ledo lo llevaron tres veces en incursiones nocturnas en zonas de combate, en
pleno monte tucumano. Eso es un hecho y no una divagación opositora de tiempo
electoral. Los nombres están en documentación obrante desde 1984, así que no
puede atribuírselos a “campañas de
desprestigio”.
Las tres veces, al mando de la excursión
campestre, estaba el Capitán Sanguinetti, reiteradamente mencionado en varios
testimonios. En la tercera “salida”,
Ledo ya no regresó y, al día siguiente, livianamente se dijo que había
desertado. Cosa rara, pero vamos a darlo
por cierto. Si lo fuera, siendo Ledo el subordinado de Milani, ¿Cabe creer que
nadie le metió una sanción a Milani por haber cobijado a un “desertor” como
asistente? ¿Alguien cree eso? Que lo pregunte la justicia tucumana, así nos
sacamos la duda todos.
Pero hay una mentira más grande, aún. ¿Pueden
creer que haya venido el capitán Sanguinetti, tres noches, a llevárselo a Ledo
y haya dejado a cuidar las latas de pintura al superior inmediato de éste, que
era Milani?
¿¡Alguien cree semejante mentira!?
¿Cómo hacemos para saber la verdad
histórica?. Muy simple, señor fiscal Federal de Tucumán: pida la información al
distrito Militar La Rioja, donde está archivada la situación militar de cada
colimba, con sus destinos y comisiones y bajo qué mandos estaba cada uno. Y
verifique quién miente. La información
de los Distritos Militares no es secreta ni necesita autorización de nadie para
pedirla. Simplemente, haga el trámite procesal necesario para que se la
proporcionen. Y, con esa información clave en sus manos, cite a declarar a
todos los conscriptos que, junto a Ledo, estuvieron en Tucumán en esas fechas.
Y veremos qué salta de ahí. Porque van a saltar chorros de pus, apenas toque el
punto de la infección.
Algunas
consideraciones finales:
Tiene razón el ministro de defensa, Agustín
Rossi, cuando se muestra -sin ingenuidad-,
"sorprendido" por las
denuncias contra Milani, teniendo en cuenta que se trata del "cuarto
ascenso" del militar en su carrera sin ningún cuestionamiento anterior. Es
cierto, Rossi, tiene usted razón. Solo que olvidó el dato principal: ésta
historia del Conscripto desaparecido, que era asistente de Milani, fue
prolijamente ocultada hasta hace poco, por el señor Horacio Verbitsky, pese a
que en el CELS obraba, desde hace 29 años, una copia del “Informe Final de la
Comisión de Derechos Humanos de La Rioja”, iniciado en 1984 y difundido en 1985.
El CELS recibió una copia de dicho informe,
enviada por la Comisión Investigadora, en 1985. ¿Por qué nunca lo consultó? Que
lo explique Verbitsky.
Que a Verbistky se le han pasado de largo
varios elefantes rosados agarrados de la colita, yo se lo puedo demostrar con
un simple Decreto del PEN: el 1441 del 30/07/1990, publicado en el boletín
Oficial de la Nación, en su edición N° 26.941 del 07/07/1990. Allí, se declara
apto para el ascenso al grado de Coronel, a un personaje que existe denunciado
varias veces.
Esa fila de elefantes que pasaron bajo las
narices de Verbistky, me hace desconfiar de la certeza y veracidad de sus
“informes”, cuando afirma que no existen causas ni denuncias contra Milani. Tal
vez es cierto. No las hay abiertas, pero
ya estaba DENUNCIADO hace 29 años, por un ex preso
político (Ramón Olivera) y cualquier curioso puede verificarlo en la página 327
del libro que ahora todos ven, pero está
en la foja 170 del informe ORIGINAL, cuya copia estoy mirando.
¡Vaya hombre capaz de anticiparse 29 años a
los hechos, este tal Olivera!. Ya estaba
listo para joderle el ascenso a Milani, desde
el 21 de agosto de 1984, seguramente adivinando que éste sería el futuro jerarca militar del “ejército nacional y popular” que dice
comandar.
Seguramente a Olivera ya lo bancaban “las corpos para perjudicar la revolución de
Cristina”, fétido argumento con el
que un desorbitado ex preso político increpó a Olivera, el pasado 17, cuando
Milani estuvo frente al Juzgado Federal
de La Rioja. O, como afirmó el
Secretario de DDHH de La Rioja, para “concretar una operación pretendidamente
taquillera”. Palabras que me hicieron correr un sudor helado por la
espalda.
Hasta esos extremos hemos llegado. A
cuestionar a alguien como Olivera, militante de los DDHH desde siempre (y no como los fervorosos
“recién llegados” desde 2003) y de los escasísimos riojanos que acompañó a las
solitarias Madres de Plaza de Mayo
riojanas, (línea de Hebe de Bonafini), entre las cuales está la digna Señora de Ledo, mamá de
Alberto.
Bienvenido sea éste repentino despertar del
letargo, y esas ganas de investigar en el pasado de la represión de La Rioja.
El Informe de 1984, rebosa de nombres. Entre ellos, y solo a modo de ejemplo,
el de un “Agente de Reunión de información”, que revistaba en el Batallón 601
de Inteligencia y que es el padre de un encumbrado funcionario que hoy declama
Kirchnerismo a los cuatro vientos. Acá en La Rioja todos sabemos de quién
hablo, pero se hacen los tontos, los que deberían actuar.
Rara red la que utilizan en sus excursiones
de pesca de represores, tanto Verbistky como el Secretario de DDHH de La Rioja:
dejan pasar a los tiburones que comandaron torturas, asesinatos y delaciones y
solo atrapan a las gordas y fáciles “ballenas” emblemáticas como Menéndez, Videla, y los mismos de siempre. O
mojarritas, como un colimba condenado, tiempo atrás.
Como siempre. Como la brutal historia de ésta
Rioja heroica y castigada, lo demuestra en cada hojear de página, desde donde
gotea la sangre de tantos mártires.
LA PRIMERA NOTA PUEDE DESCARGARSE DE:
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